Ángel o demonio

Esta noche tengo necesidad de ti,

como si los besos que me niegas

fuesen las bocanadas de aliento

que necesito para respirar.

¿Por qué me torturas,

etéreo demonio de alas blancas?

Afloja la tensión de tu cadena de acero,

que oprime mi pecho cada vez que te alejas,

no sea que los estigmas que me causas

revelen la inevitable atracción que ejerces sobre mí.

Y, sobre todo,

envuélveme en tu aura mística

y aléjame de todo el mal de este mundo,

condenado irremediablemente a la perdición.

No te alejes de mí,

mi dulce ángel de alas negras,

pues debes protegerme de la corrupción

de una realidad dañina para un ser como yo.

Sal de tu recóndita guarida

y comparece ante el tribunal celestial

que juzgará mis actos

y me enviará a tu lado.

Esta noche tengo necesidad de ti,

como si cada palabra que me niegas

fuese el último suspiro de este pobre diablo

que pronto será parte de tu ser.