26 dic 2009

Apareciste [por M.O.M.]

Cuando creí todo arruinado
y dejé de pensar,
de buscar y mirar
apareciste en mi vida
como una hormiga en el camino,
me salvaste de mi destino,
de mi sino malherido,
de otra ruptura predecida
por el tiempo sucedido.


Tú, que siempre estuviste a mi lado
y que yo no conocía,
conseguiste lo imposible,
conseguiste lo impensable,
conseguiste algo tan fuerte
que ahora ya es imparable;

tú, persona a la que escribía
mis cartas no enviadas;
tú, persona perfecta
de luz y belleza
que atrapaste mi mirada
y más tarde no soltabas;

tú, querida persona,
me arrancaste el alma
de mi cuerpo inerte en el olvido;
tú, persona olvidada, recogiste
los pedazos de mi corazón partido.


Con fuerza suena y retumba
algo en mi pecho
que hasta al cielo asusta;
simplemente con mirarte,
corre, ya late
con fuerza y brusquedad;

nadie puede frenar
esta caja de sangre
donde dentro estás
y con más fuerza bombea
cuanto más andas y te acercas,
cuando me cojes de la cara y me besas;

entonces ya... mi corazón explota
y derretido mi ser en el suelo yace;
me puedes ver, descansando hace
que mi aceleración mengüe
hasta que te vuelva a ver;

aun así todo es extraño,
aun así en todo este año,
quizás sea la situación
o simplemente mi cercano acelerón,
pero hay días sensibles para este pensador.


Llegué a pensar
que solo me quedaba,
que tal vez me odiasen
y que a nadie le importaba;

llegué a pensar
que mi vida no servía
si no más para desperdiciar otro día;

con mi apoyo de carne y hueso
sostenía la teoría
de que tú me merecías;

con mi apoyo de alma y vida
conseguí la teoría
de que tú a mí me querías;

¿no te aburres,
no te agobias,
no te ríes del patoso
que en un vaso de agua se ahoga?


Plebeyo y simple soy
y caprichos prometerte no te doy,
pero soy tu juguete preferido,
tu mono de feria del que te ríes al oído;

susurrando entre tinieblas
poco a poco me doy cuenta
que si besos son abrazos
y lametones, porrazos,
el acaramelarte se intenta,
pero no por mí,
sino por otros,
personas solitarias
que se comen los mocos;

¿cómo me debo sentir,
podré confiar en ti?
Me has dado motivos
para decir que sí,
que podré confiar en ti,
aunque el gusano de ojos verdes
consiga masticar
siempre en mi manzana aparecerá
un sucesor que consiga despertar
ese horrible olor
de pensamientos de maldad.

Y por mucho que luche
y por mucho que resista,
no conseguirán arrebatarme mi vida,
no conseguirán que me aparte de la lista
de personas luchadoras por otras imprevistas,
no conseguirán que deje de quererte,
no conseguirán que me acoja la muerte,
no conseguirán que me olvide de ti
y mucho menos que te deje ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario