Como niebla espesa
entre sombras de ensueño
se deslizan cual sueño
ilusiones funestas.
Una figura marcha
y lenta avanza.
No camina, sino danza
entre rocío y escarcha.
¡Un dos, un dos!
¡Y zis y zas!
Avanza más
sin miedo en voz.
Que este asalto lo gana vos
no lo discuta ni el propio Dios.
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