3 oct 2010

Descanse en paz

Un alma por otra,
moneda de cambio…
De cambio vacío,
de cambio en vano.

La que huye, anciana,
no es de este siglo.
La que nace, despierta,
vivirá uno baldío.

El llanto corrompe
el bello rostro
del ángel gitano
y la sangre negra
que hierve, que arde,
fluye en este baluarte
de promesas y mentiras
y gritos olvidados.

Ríe socarrona la luna
con su sonrisa burlona.
Las estrellas la acompañan
en esta noche de sombras.

Tus ojos azules
brillan con lágrimas
de añoranza y tristeza,
de melancolía funesta.

Ven a mi lado, pequeño,
no llores más.
Acógete a mi regazo,
tierno, cálido, seco,
y olvida tus penas
de pobre diablo,
de triste mortal…
¡Ay, ángel alado!

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