Y abro la ventana,
y oigo a un coro cantar
que esta noche, Nochebuena,
que mañana, Navidad.
Que paz a los hombres
de buena voluntad.
Que a dormir todo el mundo
o Santa Claus no vendrá.
Pero el regalo más deseado,
el que quiero, el que espero,
es repetir mil veces
aquel beso, el primero.
Ya ha pasado mucho tiempo
y te sigo esperando aquí:
calle Playa de Fuengirola
de Las Rozas de Madrid.